27 de noviembre de 2007

5 años de BiblioRedes

Hace unas horas atrás, celebramos en el Museo Histórico Nacional, en pleno centro de Santiago, el quinto aniversario del Programa BiblioRedes, en un evento liderado por Nivia Palma, Directora de la DIBAM y en el que estuvo presente todo el equipo nacional del Programa, más personal y usuarios de bibliotecas públicas, así como antiguos integrantes del equipo. Nos acompañaron también amigos de otras instituciones públicas, privadas y de organizaciones de la sociedad civil.
Lo mejor: la impecable producción del evento (me saco el sombrero ante el trabajo realizado por el equipo de Marketing y Comunicaciones de BiblioRedes) y las palabras de Graciela Huinao.
Lo malo: la debil -por no decir nula- presencia de autoridades de alto rango involucradas en la Estrategia Digital. Estuvo con nosotros al inicio Alejandro Barros, Secretario Ejecutivo de la Estrategia, y nadie más. Sin duda, es un flanco débil de BiblioRedes hoy, pero también refleja el desperfilamiento de "lo digital" como prioridad de Estado. Alejandro comentaba en su blog hace unos días que los temas tecnológicos no eran un tema para distintos sectores de nuestra sociedad, pero no hacía referencia al sector público en su reflexión. La sensación que tengo desde mi rincón es que el tema TIC se ha caído del discurso público.
Y si de discursos se trata, cuando me toco intervenir, estas fueron las palabras que compartí, las que resumen el espíritu que quisimos transmitir en este punto de inflexión de BiblioRedes:

Para nosotros es un honor contar con su presencia en esta fecha, que recuerda cómo hace cinco años atrás, en un día de noviembre de 2002, desde Calera de Tango, Putre y Porvernir se dio inicio a un sueño: el de convertir a la biblioteca pública municipal en un espacio de apropiación equitativa de la tecnología, con el fin de contribuir a que nuestros compatriotas de menores recursos tuvieran oportunidades reales de acceder a Internet. Un sueño para el que se aliaron con la Dibam las municipalidades y sostenedores de bibliotecas, otras instituciones públicas y privadas y, especialmente, la Fundación Bill & Melinda Gates.


Los resultados alcanzados en estos años dan cuenta de lo que es hoy una realidad innegable: la biblioteca pública chilena es un actor relevante en el combate de la brecha digital. Todos los días, más de 11.000 sesiones de acceso gratuito a Internet se realizan a lo largo de nuestra geografía a través de la plataforma de BiblioRedes y más de 250 personas terminan un curso de alfabetización digital básica o de segundo nivel.

Pero los espacios y oportunidades que se han abierto desde el año 2002, nos llevan en el presente, junto con revisar lo alcanzado, a renovar nuestro compromiso con los usuarios y las comunidades locales que BiblioRedes atiende desde las bibliotecas públicas y gracias a ellas. Y esa promesa debe, necesariamente, reconocer que el mundo ha cambiado en estos años, que Chile ha cambiado, que Internet ha cambiado… Pero, más importante aún, que nuestro usuario ha cambiado.

Así como la gran reforma de la educación que está pronta a iniciarse debe asumir que las aulas de las escuelas y liceos de nuestro país están llenas de lo que algunos autores denominan los “nativos digitales”, las bibliotecas –y con ellas BiblioRedes- deben hacerse cargo que su usuario demanda hoy nuevas respuestas a sus viejas necesidades de información, conocimiento, recreación y cultura. Ya no desde una postura pasiva, como el que pide y agradece lo que recibe de las bibliotecas, sino como un usuario activo, que participa e interviene en como satisface sus necesidades de información. Es un usuario que genera contenidos, que crecientemente tiene la capacidad de evaluar manera crítica los contenidos que otros construyen, que está desarrollando sus capacidades de colaborar, de construir conocimiento de manera colectiva. Un usuario que comparte en las redes virtuales.

Frente al mito de que en Chile se lee cada vez menos, la experiencia de BiblioRedes y las bibliotecas públicas demuestra que cada vez es mayor la cantidad de información a la que acceden nuestros usuarios. Sucede que ello está ocurriendo, en buena medida, en un nuevo plano: el mundo digital. Entonces el desafío para quienes nos desempeñamos en la intersección entre la cultura y la tecnología, es que esos novedosos espacios de información y conocimiento se pueblen de nuestras identidades, que las comunidades locales de Chile vean en ellos vehículos para aumentar su capital social y su capital cultural.

No es el mero surgimiento de nuevos soportes: es la constitución de dinámicas y lógicas distintas en como la Humanidad construye sus visiones. Se trata de que nuestro país, con su diversidad y riqueza cultural, construya su identidad virtual, contribuyendo de esta manera con usos más profundos y sofisticados de la tecnología.

Sin duda, un eje relevante que la DIBAM, a través de BiblioRedes y otras iniciativas, espera aportar a la nueva Estrategia Digital de Chile que se está construyendo. Junto a ello, BiblioRedes seguirá colaborando con el desafío país de promover el acceso universal a Internet, para que el día de mañana todos los chilenos tengan acceso a Internet. Al mismo tiempo, contribuirá al desarrollo de las competencias digitales en la ciudadanía, la constitución de las comunas digitales y la llegada del gobierno electrónico a cada rincón del país. Cabe recordar que según cifras del año 2005 de la
Coordinación Nacional de Infocentros, en 1 de cada 3 comunas la biblioteca pública es el único punto de acceso comunitario y gratuito a Internet.

En 1541, Pedro de Gamboa, trazó por instrucciones de Pedro de Valdivia, el damero original de Santiago, poniendo en su centro la Plaza a la que se abre este Museo. Con esta fundación en el ancestral territorio picunche, nuestra historia entra en tensión. Estamos hoy, en el año 2007, ante las primeras líneas de los trazados en los territorios virtuales, territorios abiertos en los que pueden llegar a convivir culturas y cosmovisiones. Es misión de la nueva biblioteca pública que ese territorio se mantenga abierto a todos y todas.

No puedo terminar estas palabras sin expresar mi público agradecimiento a todas las personas que hacen posible BiblioRedes desde Visviri hasta Puerto Williams, en Isla de Pascua o Juan Fernández, en San Miguel o Puqueldón, desde una biblioteca pública, un laboratorio regional, una Coordinación Regional o desde la Coordinación Nacional. También un abrazo a todos los que en algún momento integraron este equipo, algunos de los cuales nos acompañan en esta ceremonia, así como a las familias de quienes forman nuestro equipo, quienes han “sufrido” en carne propia la entrega y compromiso de hacer de Chile un país con mayores niveles de inclusión digital. En lo personal, un reconocimiento a mi esposa, quien a estas alturas ya cree firmemente que la brecha digital es una excusa para evadir de vez en cuando mis responsabilidades familiares.

BiblioRedes ha sido, es y esperamos siga siendo, la obra colectiva de sus equipos humanos y sus usuarios. A todos, mi mayor agradecimiento.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Pero qué inmediatez hombre! Todavía no llego a la casa y ya tenemos una nueva entrada... Yo diría en todo caso que el discurso del caballero fue también una contribución. Por resumirlo, hoy somos menos "computines" y somos más un proyecto cultural. Y claro, eso no atrae a la "agenda digital" (por muy desperfilada que esté), que es sobre todo "computín".

Enzo Abbagliati Boïls dijo...

Cadaunante solitario, más allá de que pueda compartir tu opinión respecto a lo que es hoy BiblioRedes, noto en tu comentario respecto a la "agenda digital" un sesgo muy similar al que tu acusas en la propia "agenda": si la agenda es "computín", no es tanto culpa de la agenda, sino de la miopía del entorno respecto al rol de la tecnología en nuestro desarrollo. Y esto lo escribo como Licenciado en Historia, no como Coordinador de BiblioRedes. Gracias por comentar.