19 de febrero de 2010

Una foto


Puede que esta foto no sea más que eso, una foto. Pero era una imagen imposible hace poco más de un año. Obama, en el camino para llegar a ella, ha tomado varias decisiones que han ido contra lo que prometió y que han desilusionado a quienes creemos que Estados Unidos puede y debe tener una relación distinta con el Mundo. Pero me gusta esta foto, porque permite creer que, a veces, la realpolitik es superada por la ética en las relaciones internacionales.

17 de febrero de 2010

Lo que espero y lo que no espero del primer Gabinete Twitter de Chile

A través de la Red de Diarios Ciudadanos, hoy se difundió la noticia de que todos l@s integrantes del primer Gabinete del Presidente electo tienen cuenta en Twitter. Algunos, partiendo por el propio @sebastianpinera, ya las tenían desde antes, si bien su uso era bastante disímil. De todas maneras, es el primer "Gabinete Twitter" en la historia de Chile

Para quienes vivimos cotidianamente en las redes sociales, es una buena noticia saber que tendremos la oportunidad de compartir con las máximas autoridades del Poder Ejecutivo a través de este espacio. Además, pareciera confirmar que la mirada sobre el rol de las tecnologías de información y comunicación en el desarrollo de Chile, enunciada en el programa de gobierno, será enfatizada. Sin duda, algo positivo, que sitúa la dimensión digital en un lugar relevante del accionar del futuro Gobierno, por lo menos en el plano comunicacional de sus autoridades.

La simultaneidad en la creación de las cuentas de aquell@s que no las tenían, el uso de fotografías oficiales y de un fondo estándar (con el slogan "la nueva forma de gobernar") en muchas de esas cuentas, hace presumir que puede ser algo más que una simple instrucción del Presidente electo a su equipo. Posiblemente, al igual que hizo el Gobierno británico hace un tiempo, exista una estrategia respecto al para qué, cómo y cuándo usar este canal. Si así fuera, en un ejercicio de transparencia, sería bueno que los ciudadanos conociéramos esa estrategia.

Mientras tanto, que el Presidente electo y sus 22 ministras y ministros tengan cuenta en Twitter, no debe generar en nosotros, la ciudadanía que frecuentamos estos espacios, falsas expectativas. Es bueno, por ello, que cada uno de nosotros defina que espera y -sobre todo- que no espera de la presencia de estas autoridades en la red. 

No creo que haya una sola manera de usar una herramienta de microblogging. De hecho, me molesta que algunas personas se autodefinan en estos espacios como normadoras de lo que se puede o no se puede hacer, de lo que se debe o no se debe hacer. La principal virtud de estos medios es su libertad y la capacidad de los usuarios para inventar usos que ni sus propios creadores habían pensado. 



No. En esta entrada no le diré al futuro Gabinete lo que pueden o deben hacer. Compartiré el tipo de relación que como ciudadano de a pie me gustaría tener con ellos y ellas en Twitter.

Espero que, ante todo, entiendan que esto es una conversación. Estar en las redes significa asumir cierta horizontalidad para la que las estructuras formales del poder no están preparadas. No espero un monólogo vertical y unidireccional. Para eso ya tengo los medios de comunicación tradicionales, en los que pasivamente leo, escucho o veo lo que las autoridades plantean.

No espero, por cierto, que ministros y ministras me sigan en Twitter, ni que estén pendientes de cuanta cosa comparto. Su tiempo es valioso por lo escaso, como para que lo pierdan leyendo a este @cadaunante. Pero si espero que puedan hacerse cargo de alguna de las consultas o comentarios que les haga llegar

Espero que, en un lenguaje directo (ya saben, en 140 caracteres), puedan explicar o matizar las acciones que desde el 11 de marzo llevarán adelante. No espero que se definan políticas públicas, ni que a punta de RT, # o twtpolls se consulte la voluntad ciudadana.

No espero "cuñas", lugares comunes, clichés ni "frases para el bronce". Espero una comunicación franca y honesta, en la que se enorgullezcan públicamente de sus logros pero también reconozcan cuando las cosas no estén saliendo como esperan (aunque eso no signifique que vayan mal).

Finalmente, no espero que cambien Chile desde Twitter. Más bien espero lo contrario: que a través de Twitter, Chile cambie a los ministros y ministras. Los ciudadanos y ciudadanas que habitamos por estos lares no representamos a todo el país, pero sin duda ayudaremos a que en sus reuniones de Gabinete haya mayor diversidad.

¿Qué puede esperar de mí el primer "Gabinete Twitter"? Un uso responsable de esta espacio. Como primer gesto, apenas publique esta cadaunada, la compartiré con el Presidente electo y sus ministros y  ministras para que, quien quiera, acepte esta invitación e iniciemos la conversación. 

9 de febrero de 2010

La e-ronía política de Jaime Ravinet




Actualización a las 01:56 am del 10 de febrero. El sitio www.ravinet.cl ya no está accesible. Durante un tiempo sólo tendremos disponible el caché de Google.
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Como mis pocos pero fieles lectores han percibido, en las últimas entradas he dedicado tiempo para comentar sobre la política de Chile. En esta oportunidad, pese a la mise en scène ocurrida hoy en la tarde, dedicaré unas líneas a un aspecto muy marginal del episodio, pero que de tan marginal refleja como nuestra clase política sigue desconociendo un aspecto fundamental de su presencia en las redes: su identidad digital.

Hay que reconocer la voluntad del presidente electo Sebastián Piñera de plasmar en Internet lo que denomina "la nueva forma de gobernar", poniendo a disposición de la ciudadanía la información sobre el Gabinete recién nombrado a los pocos minutos de ser anunciado. No realizaré ahora un análisis más detallado del sitio, que espero hacer en los próximos días.

Pero esfuerzos como ese no logran esconder (gracias de lo digital para desgracia de la clase política) inconsistencias como la que hoy está cometiendo Jaime Ravinet. Y no me refiero a que haya aceptado ser ministro de un gobierno de derecha, habiendo sido hasta hoy militante de un partido que forma parte de la coalición de centro izquierda. No, sobre eso no me pronuncio. 

Me refiero a que si hacen clic en www.ravinet.cl, podrán acceder al sitio web que utilizó en su campaña en las elecciones municipales de 2008, ¡hace ya quince meses!.

Es raro ver hoy esta imagen a las 11:30 pm, casi seis horas después del anuncio del futuro Gabinete. La comparto porque supongo que en los próximos días ya no estará disponible:


Más raro es aún cuando la noticia de portada habla de cómo el comando iniciaba el retiro de la propaganda de las calles días antes de la elección, para cumplir con las obligaciones establecidas por la legislación electoral a quienes son candidatos. Preocupación analógica, desidia digital.

En la red todo es rastreable. Eso es algo que nuestra clase política debiera terminar de comprender. Pero una cosa es cuando un reportero de un medio o un simple ciudadano logran subir a Internet una declaración desafortunada, una foto inoportuna o un video poco digno de un político, y otra muy distinta es que un sitio oficial de ese político lleve ya quince meses al aire mostrando información desactualizada.

Bien podríamos acuñar un nuevo término, el de la e-ronía (pronúnciese la e como i), para describir como la publicidad en línea de un candidato derrotado quedó a la deriva en Internet mientras él mudaba de coalición política. Supongo que los electores que en octubre del 2008 votaron por él, pueden legítimamente -aunque no haya resultado elegido- preguntarse si lo que en aquel entonces defendía, hoy sigue creyendo en ello. Para eso, sin duda, este sitio resultará de utilidad.

En el año 2010, todos debiéramos ser conscientes de nuestra identidad digital, ese trazo que voluntariamente vamos construyendo de nosotros en las redes. Pero también debemos considerar el dossier digital, la información que si bien no forma parte de nuestra identidad circula en Internet, aspecto analizado por John Palfrey y Urs Gasser. Incluso de las personas desconectadas y analfabetas digitales, existen datos en la Red. 

Esta exigencia -la de cuidar su identidad digital- es mayor aún para un político, porque no hacerlo da cuenta de su desconocimiento y desinterés por un espacio donde la ciudadanía ya está evaluando en forma permanente su labor como servidor público.

7 de febrero de 2010

Carta a un amigo desde la oposición

Estimado Felipe,

La carta al Presidente electo que hace unos días publicaste me hizo pensar en cuán necesario es cultivar ciertos valores democráticos en nuestro país.

Chile no está en crisis ni enfrenta un futuro incierto. No requiere revivir "la democracia de los acuerdos" ni necesita un "gobierno de unidad nacional". Estas últimas expresiones son intentos -genuinos, creo yo- del Presidente electo para, aprovechando la lógica desorientación de quienes no votamos por él, reunir las voluntades mayoritarias a favor de su gobierno. 

A nuestro país lo que le hará falta a contar del 11 de marzo es una o varias propuestas alternativas a la que desde el gobierno se llevará adelante. Las democracias respiran en la diversidad y esa diversidad se construye asumiendo que no es posible que todo un pueblo piense igual. Los consensos fueron útiles hace dos décadas. El futuro de nuestras libertades se jugará ahora en nuestra capacidad de disentir y discrepar.

Al igual que tú, espero que la gestión del Presidente electo le haga bien a Chile, aunque tengo claro que el futuro por el que trabajará no me identifica. No es un prejuicio. Es un juicio fundado en lo que representa, una manera de leer y vivir Chile que dudo haya cambiado a raíz de una campaña electoral. No desestimo, por cierto, que en algunos ámbitos pueda coincidir con el futuro gobierno. En esas dimensiones, podrán contar conmigo. 

Pero en general, sé que será un gobierno con una visión que hace del mercado la solución de los problemas de nuestro país. Frente a esa mirada, yo defiendo la de los ciudadanos y ciudadanas que, independiente de su origen social, étnico, económico o de cualquier otro tipo, tengan la oportunidad de ser quienes decidan su futuro, por encima de lo que el mercado o el Estado definan. 

Una persona que estimo me escribió en Facebook hace unos días que no le gustaban estas definiciones porque parecían propias de clanes. No lo son, porque ahora, más que nunca, garantizar espacios para la diversidad es condición necesaria de nuestra democracia. Cuando el poder político, el poder económico y el poder comunicacional se concentran en las manos de un solo sector del país, más que defender a un clan, lo que uno debe hacer es defender que todas las voces tengan oportunidad de ser escuchadas. En especial las de aquellos que son marginados o se automarginan, por tener un sistema electoral plagado de vicios que sólo fortalece el statu quo.

No sé si -utilizando tu expresión- me defino ontológicamente de oposición. Lo que sí sé es que el juego democrático consiste, en su esencia, en levantar proyectos alternativos que logren convocar y movilizar a la ciudadanía, respetando la libertad de las personas como principio fundamental. Por ello, desde el 11 de marzo seré oposición. Para colaborar en la construcción de otros futuros posibles seré oposición.

Un abrazo,
Enzo.