A principios de esta semana, Julio Cubillo, quien nos ha estado asesorando este año en el proceso de rediseñar BiblioRedes para el período 2008-2010, dirigió un taller sobre la Biblioteca 2.0 destinado a iniciar la reflexión en este ámbito en la Subdirección de Bibliotecas Públicas y las Coordinaciones Regionales de Bibliotecas Públicas.
El taller, que fue más breve de lo originalmente diseñado, fue apenas un primer acercamiento al tema para muchos/as de los presentes. A mi juicio, no obstante, dejó abierta la interrogante sobre cómo las bibliotecas públicas chilenas abordarán este desafío, un reto que es posible gracias a la plataforma instalada por BiblioRedes y que empieza a adquirir sentido con la automatización de las bibliotecas.
Al inicio del taller se discutió sobre la novedad de los conceptos centrales de la biblioteca 2.0. Concuerdo con quienes plantearon que ya hace más de diez años que las orientaciones de la IFLA van en esa dirección (ver el Manifiesto IFLA/Unesco sobre la Biblioteca Pública o las Directrices IFLA/Unesco para el desarrollo del servicio de bibliotecas públicas), o, incluso como indicó Julio, que las cinco leyes de la bibliotecología (texto completo aquí) que Ranganathan publicó en 1931 "son muy Biblioteca 2.0" (para una mirada crítica sobre cómo se aplican esas leyes en la actualidad, ver esta entrada de Edgardo Civallero en su bitácora).
Lo importante es que el 2008 sea un año en que ocurra la reflexión profunda que requiere esta nueva mirada sobre cómo el usuario interactúa con la biblioteca. Partamos reconociendo que la tecnología está entregando más poder a nuestros usuarios, quienes ahora tienen mayor libertad para construir sus propias respuestas a sus necesidades de información.
En el intertanto, comparto esta presentación que Dídac Margaix publicó ayer en su blog DosPuntoCero (una muy buena fuente para conocer y mantenerse actualizado en lo 2.0 aplicado a las bibliotecas):
El taller, que fue más breve de lo originalmente diseñado, fue apenas un primer acercamiento al tema para muchos/as de los presentes. A mi juicio, no obstante, dejó abierta la interrogante sobre cómo las bibliotecas públicas chilenas abordarán este desafío, un reto que es posible gracias a la plataforma instalada por BiblioRedes y que empieza a adquirir sentido con la automatización de las bibliotecas.
Al inicio del taller se discutió sobre la novedad de los conceptos centrales de la biblioteca 2.0. Concuerdo con quienes plantearon que ya hace más de diez años que las orientaciones de la IFLA van en esa dirección (ver el Manifiesto IFLA/Unesco sobre la Biblioteca Pública o las Directrices IFLA/Unesco para el desarrollo del servicio de bibliotecas públicas), o, incluso como indicó Julio, que las cinco leyes de la bibliotecología (texto completo aquí) que Ranganathan publicó en 1931 "son muy Biblioteca 2.0" (para una mirada crítica sobre cómo se aplican esas leyes en la actualidad, ver esta entrada de Edgardo Civallero en su bitácora).
Lo importante es que el 2008 sea un año en que ocurra la reflexión profunda que requiere esta nueva mirada sobre cómo el usuario interactúa con la biblioteca. Partamos reconociendo que la tecnología está entregando más poder a nuestros usuarios, quienes ahora tienen mayor libertad para construir sus propias respuestas a sus necesidades de información.
En el intertanto, comparto esta presentación que Dídac Margaix publicó ayer en su blog DosPuntoCero (una muy buena fuente para conocer y mantenerse actualizado en lo 2.0 aplicado a las bibliotecas):
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