30 de marzo de 2008

Redes digitales patrimoniales

Fotografía de maulopes, con licencia CC:BY-NC-ND

Jueves y viernes participé en un taller de diseño de la política digital de la DIBAM que reunió a todo su equipo directivo durante dos días en Santiago. Se dieron debates muy estimulantes en torno a cómo las tecnologías de información y comunicación generan nuevos escenarios para las personas e instituciones que estamos vinculados al patrimonio cultural. Y, en especial, para quienes entendemos que éste sólo tiene sentido en la medida que es apropiado por las personas en el permanente proceso de construcción de identidades y memorias individuales y colectivas.

La discusión me ayudó a avanzar en algunas reflexiones que ya había iniciado hace un tiempo a raíz de la experiencia de BiblioRedes con los contenidos locales digitales publicados por los usuarios de las bibliotecas públicas.

Como ocurre en muchos otros campos, las tecnologías de información y comunicación permiten –y obligan- a poner al usuario en el centro de la gestión del patrimonio cultural digital. Pero debemos tener la suficiente cautela para no anclarnos en una definición de patrimonio cultural digital como la de la UNESCO, que si bien rescata elementos novedosos, es en sus líneas generales, una traducción de las definiciones del mundo analógico. Su aproximación al objeto patrimonial digital es -en su espíritu- muy similar a la del objeto patrimonial.

Poner hoy en el centro al usuario significa, ante todo, reconocer que es en muchos casos un usuario en red. Lo que permite pensar que ya no sólo debamos preocuparnos de asegurar el acceso a objetos digitales con valor patrimonial (y que están dotados de sentido para una comunidad y una sociedad en un momento dado), sino también debamos entender cómo se están construyendo hoy esos “objetos” que pueden llegar a tener un valor patrimonial para las futuras generaciones.

Parece necesario asumir, entonces, que requerimos agregar al concepto de objeto digital patrimonial, el de red digital patrimonial, o cómo ciertas memorias tienen su valor patrimonial no en sus partes separadas, sino en las lógicas de relación, comunicación y construcción colectiva. Su valor futuro no está en las partes, sino en cómo las partes se entrecruzan.

Un ejemplo es “la revolución de los pingüinos” y cómo usaron la tecnología para poner en jaque a la educación chilena durante el año 2006. Desde el punto de vista patrimonial, en este caso la historia de la educación chilena a principios del siglo XXI y el impacto de ésta en nuestra sociedad, ninguno de los fotologs, blogs y otros medios utilizados tiene más valor que la lógica de organización que se dio entre ellos al hipervincularse en Internet.

Se podrá argumentar que esa lógica de relación es tan antigua como la humanidad. Ciertamente, cuando uno observa un jarro pato y es conocedor de la historia y cultura diaguita, es posible pensar en un conjunto de relaciones del pueblo diaguita con ese objeto. Y si bien esas relaciones son parte del patrimonio que ha trascendido hasta nuestra época (cuando efectivamente han llegado hasta la actualidad), el valor patrimonial no reside en la relación en sí misma, sino como parte de un conocimiento cultural más amplio y genérico sobre el mundo y la cosmovisión diaguita.

La diferencia en el caso de las redes digitales reside en que no son los nodos necesariamente quienes aportan el mayor valor patrimonial, sino que éste lo debemos buscar en la conexión entre los nodos. Dime a quién o a qué te vinculas, y te diré quien eres. Una máxima que no es exclusiva de las redes digitales, pero que en éstas se hace explicita, se convierte en un elemento activo que permite saltar de un contenido a otro, de una idea a otra, pudiendo ese salto decir más de nosotros que los textos desde los cuales se salta o hacia los que se conecta (hace un tiempo atrás llegué a esta idea por otro camino, el del hipersignificado).

Las redes digitales patrimoniales comparten elementos con la definición del patrimonio cultural inmaterial, en tanto los ámbitos en los que este tipo de patrimonio se da tienen su sustento en complejas relaciones entre los colectivos y sus expresiones culturales. El idioma, quizá el mayor patrimonio inmaterial de todo pueblo, se construye sobre un permanente “diálogo” entre quienes lo usan como vehículo de comunicación, revisando en forma continua sus reglas y convenciones, sus usos y significados posibles. Pero ese “diálogo”, esas complejas relaciones que están recreando de manera fluida la lengua de un colectivo, no son siempre explicitas. Lo que si ocurre con las redes digitales patrimoniales.

Más aún: se busca esa interconexión de manera compulsiva, quizá por una cierta y vaga conciencia de que en el hipervínculo está la posibilidad de trascender, de constituirse en memoria futura del presente.
Pero como hipervínculos, en estas redes digitales patrimoniales finalmente pervivirán los links que se actualicen. Los hipervínculos rotos seguirán existiendo, pero como elementos carentes de sentido y significado, mientras que las identidades se fundarán en los vínculos actualizados. Las redes digitales patrimoniales serán una memoria en presente permanente. Jose Luis Brea, utilizando una metáfora informática, describió hace poco este fenómeno como “el devenir RAM de nuestra cultura”: la cultura ya no tanto como una herramienta de almacenamiento e inventario simbólico de identidades, sino como “dinámica, proceso y arquitectura relacional, herramienta de interacción y principio de la acción comunicativa”.

Así, y ahora ya, toda la forma contemporánea de la cultura se asemeja a un dispositivo RAM. A una memoria de proceso: y su función no es más asegurar la recuperabilidad del pasado sino únicamente tensar la conectividad e interacción de los sistemas en el presente, para producir por su medio la intelección recíproca- y por su efectividad la invención heurística del futuro.

20 de marzo de 2008

Fouad Mourtada está libre

Imagen de DigiActive, con licencia CC:BY.
Hace algunas semanas compartía algunas reflexiones sobre el caso de Fouad Mourtada, condenado a 3 años de carcel en Marruecos por haber creado en Facebook un perfil falso de un integrante de la familia real marroquí. Acabo de llegar a través de un resumen de links del blog de Ethan Zuckerman a la noticia de su liberación publicada en digiactive.org (aquí la noticia de elmundo.es para quienes no leen inglés y aquí la noticia según el sitio oficial de la campaña para su liberación).
Sigo con mis dudas sobre el caso, pero hoy son un poco más felices mis dudas. Haber formado parte de las miles de personas en el mundo que contribuyeron a apoyar su liberación me hace sentir bien. El ciberactivismo puede, efectivamente, ser reconfortante.

19 de marzo de 2008

Pedestrian Technology


Hay blogs que uno lee porque sus entradas abren sendas para la reflexión. Otros porque tienen una extraña capacidad de sacar de quicio con la manera que plantean los temas pero te enganchan. También hay blogs que se leen porque uno forma parte de ciertas redes y a través de sus entradas puede estar informado de ciertos debates. En algunos blogs, uno busca ciertas aproximaciones novedosas para viejos temas. En ocasiones, se leen algunas bitácoras porque son la imagen de lo que uno quisiera para su propio espacio. También está ese grupo –reducido- de blogs que se leen porque sus creadores tienen lo que yo denomino una inteligencia transversal: da lo mismo de lo que escriban, siempre lo hacen de manera aguda, con el tono apropiado y con las palabras adecuadas. No faltan los blogs que se leen porque son una forma de permanente aprendizaje. Y están, por cierto, aquellos blogs que se leen por puro placer.

En esta última categoría personal tengo desde febrero a Pedestrian Technology, criatura de apenas seis entradas a la fecha y cuya madre, Paz Peña, es creadora de este otro blog, más útil, pero menos interesante. La perfecta combinación entre relatos cortos con buena pluma y un tema que me fascina: el bipolarismo entre tecno-escepticismo y tecno-adicción en quienes no alcanzamos a ser nativos digitales por fecha de nacimiento pero que nos sentimos incómodos con las otras etiquetas posibles en un mundo de taxonomías en permanente evolución.

¿Cómo decirlo? En las últimas semanas, cuando cada mañana abro mi navegador y voy a mis feeds, sólo la negrita sobre Pedestrian Technology me arranca una sonrisa antes de leer el contenido. Nunca me defrauda.

18 de marzo de 2008

¿Tocando el futuro?

Foto de David Sasaki con licencia CC:BY-NC-SA (Lugar: Biblioteca Pública "Jaime Quilán" de Pudahuel)

En una semana -la pasada- en la que ocurrieron muchas cosas buenas (entre ellas conocer a dos grandes amigos), tuve la oportunidad de tener en mis manos uno de los posibles futuros de BiblioRedes. ¿OLPC como servicio de las salas infantiles de las bibliotecas públicas chilenas? Help us think about it!
P.D.: El OLPC fue donado a BiblioRedes por David dos horas después de tomar esa foto. Gracias, oso.

11 de marzo de 2008

Llegó carta

Un 20 de diciembre, un amigo de Letonia me envío una carta...

... que tuve el agrado de recibir un 10 de marzo.


Era una postal navideña. Es decir, un mensaje de alegría por el nacimiento de Cristo me llegó a pocas semanas de recordar su pasión, muerte y resurrección. Menos mal que soy agnóstico.

9 de marzo de 2008

Marzo

Foto de gorriti, con licencia CC:BY-SA

Esta entrada es casi una excusa pública. Para los que me leen, para los que me escriben y para los que me conocen.
Y es que este marzo está siendo de antología, razón por la cual posteo poco, me aparezco “tarde, mal y nunca” por la oficina, y mi bandeja de entrada empieza a adquirir un cada vez más indigno y caótico estado.
La semana que termina me tuvo tres días participando en la primera reunión del año con las Coordinaciones Regionales de Bibliotecas Públicas de Chile. En 48 horas me encontraré ya en la cena de apertura del V Encuentro Nacional de BiblioRedes, compartiendo hasta el viernes en la mañana con equipos de bibliotecas de todo el país y un excelente grupo de expositores (entre ellos, Fernando Juárez y David Sasaki). El lunes 17 se iniciará la primera reunión 2008 con los equipos regionales de BiblioRedes. Y remataré la última semana del mes con un taller de dos días para elaborar el diseño preliminar de la política digital de la Dibam.
Además, este marzo no sólo ha tenido la capacidad de fagocitar sus propios 31 días. Ha lanzado sus tentáculos más allá de sus fronteras temporales y ha dejado clavados varios banderines a lo largo del año. Por lo menos cuatro, uno de ellos ya confirmado y otros tres por confirmar.
A este paso, estoy por crear una causa en Facebook, la que basada en un ejercicio de realismo laboral, promoverá la derogación del calendario gregoriano y la implantación en el hemisferio sur de un calendario de tres meses: dos meses cortos y un tercer mes de 306 días, el Rey Marzo.

3 de marzo de 2008

Carta abierta al futuro Presidente

No queremos hablar de tecnología o de Internet, queremos hablar de los nuevos liderazgos y talentos de la sociedad en red. Nos preocupa el modelo de gestión con el que vas a decidir nuestro futuro: de cómo te informas, cómo escuchas, cómo aprendes. Manejar estadísticas o participar en un debate, aunque sea en la red no es suficiente para tomar decisiones acertadas. Tus ciudadanos ven cada vez menos televisión, crean cada vez más contenidos, son cada vez más globales, están cada vez más conectados y se sienten cada vez menos circunscritos a un territorio. Escúchales. En la red, se puede.
Este es uno de los párrafos de la carta que hoy publican cuatro blogueros españoles y que está dirigida a quien sea el futuro presidente de España. Política 2.0 en diez párrafos o como resumir en una "hoja" algunos de los cambios que el mundo actual está viviendo (y con él sus habitantes, o gracias a ellos). El que no lo comprenda...
Para leer la carta completa, lean a Genís, Juan, Enrique o Antoni, que ya saben... tanto monta, monta tanto.