Christian Otzen me envió hoy esta nota del diario argentino La Nación, en la que se reproducen partes de una entrevista que le hicieron en la Web 2.0 Summit a Mark Zuckerberg (si, ya tiene entrada en la Wikipedia) sobre su criatura, Facebook. “Sólo ofrecemos un espacio social, de intercambio de datos personales entre personas” dice entre otras cosas Zuckerberg. Ese espacio está valorado ya en 15.000 millones de dólares.
Pero Zuckerberg debe estar entonando (si es que la conoce y su reciente fortuna se lo permite), la letra del tango Cambalache: "Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé..." Facebook es la gran revelación del 2007 en la red, pero ya han aparecido sus primeras amenazas, como indica The Economist en este artículo del 1 de noviembre. ¿Quién dirige el contrataque? La ex-revelación -y al parecer algo envidiosa- Google.
Bueno... en el intertanto, me quedo con la reflexión de Marco Antonio Zúñiga sobre cómo comprender Facebook y otras yerbas.
2 comentarios:
Facebook es el nuevo "chiche 2.0" que nos deslumbra. Es la nueva herramienta que seguirá aumentando la brecha digital y social, es el nuevo pertrecho que tenemos los habitantes del mundo techy para aumentar nuestras alianzas, encontrarnos con pares para levantar proyectos comunes, producir, entretenernos y miles de de cosas más.
El establecimiento, mantención y multiplcación de redes sociales, es uno de los factores que distinguen a las clases acomodadas de las más vulnerables.
Gracias al manejo de estas herramientas, sumadas a las demás que ya conocemos, hacemos subir la línea del gráfico que nos hace "colonos de pedigree" en la aldea global.
Cada nueva aplicación y sus potencialidades hace a los vulnerables más vulnerables.
Es urgente implementar fuertes políticas públicas que empoderen a los que aun se están quedando abajo del carro de la Sociedad de la Información.
Erika, comparto lo que dices (de hecho puedes encontrar en algunas de mis primeras entradas mis comentarios sobre las reflexiones de Jan van Dijk en ese sentido). La pregunta es cuáles son las políticas públicas más efectivas para intentar romper ese círculo vicioso que planteas.
Gracias por comentar, Enzo.
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