15 de octubre de 2007

Mi aporte al Blog Action Day: una cadaunada medioambiental

Hace cinco días me inscribí en el Blog Action Day, jornada en la cual bloggers de todo el mundo dedicarán una entrada en sus bitácoras hoy 15 de octubre para hablar de un solo tema: el medio ambiente. No se trata de emitir opiniones en una sola dirección o apoyar alguna de las causas en especial. Se trata de que en cada blog, desde su particularidad y temas de interés, se reflexione sobre el medio ambiente. One issue, one day, thousand of voices (un tema, un día, miles de voces) es el slogan de la jornada.

Pues bien, fiel al espíritu de Cadaunadas, en esta entrada no hablaré del recientemente Nobel de la Paz entregado a Al Gore, ni de las inconsistencias científicas de su documental, ni de los vertidos tóxicos que una mina ligada a la familia Gore ha lanzado al medio ambiente.

Me limitaré a compartir dos piezas de información que me parecen interesantes para poner en foco el problema medioambiental (¡que efectivamente es un problema!).

Primera pieza de información. Aunque no es tan sencillo encontrar referencias al respecto, cuando se celebró por primera vez el Día de la Tierra, una de las preocupaciones de la comunidad científica y, por extensión, del mundo, era que la Tierra se estaba enfriando. Frente al actual calentamiento, apenas treinta años atrás, se temía que estábamos entrando en una nueva glaciación.

Sea cual sea la causa de la tendencia al enfriamiento, sus efectos podrían ser extremadamente serios, si no catastróficos. Científicos aseguran que con solo un 1% de disminución en la cantidad de luz solar que llega a la superficie terrestre puede cambiar el balance climático, y enfriar el planeta lo suficiente para enviarlo hacia abajo en el camino hacia otra era del hielo en apenas un pocos cientos de años.


Este es un extracto (la traducción es mía) de un artículo de la revista Time de junio de 1974.

Segunda pieza de información. Bjørn Lomborg es un economista danés que desde el Instituto de Evaluación Medioambiental promovió, junto a grupos de expertos de diversas áreas del conocimiento y procedencia (países desarrollados y países subdesarrollados), el denominado Consenso de Copenhangue, con el objeto de identificar los principales problemas que aquejan a la humanidad en la actualidad, las vías para solucionarlos y en cuáles de ellos la inversión que se requiere para implementar la solución obtiene el mejor rendimiento (en términos de que la solución de cuenta de manera eficiente del problema que ataca).

Confieso que mi primera reacción fue decir que era otra demostración de soberbia de un economista, pero tras revisar algo de información en Internet, de escuchar al propio Lomborg y, sobre todo, hacer una evaluación personal de la información que obtuve, llegué a la conclusión que los argumentos esgrimidos por el Consenso de Copenhague son convincentes en establecer que dedicar masivamente recursos en solventar el cambio climático es, cuando menos, una mala inversión (los costos exceden el beneficio obtenido).

¿En qué problemas de la humanidad recomienda el Consenso de Copenhague invertir? Las cuatro líneas que obtuvieron la mejor evaluación fueron: 1) Algunos medidas específicas para prevenir el avance del VIH y el SIDA; 2) Políticas para reducir la malnutrición en el mundo, especialmente a través de la introducción de ciertos micronutrientes en suplementos alimenticios; 3) Liberalización del comercio internacional: la expansión del comercio mundial favorecerá a muchas más personas de las que se verán afectadas por la medida; y 4) Control y tratamiento de la malaria.

Lomborg y el Consenso de Copenhague han recibido críticas, pero algunos de sus detractores han debido al poco tiempo retractarse de sus afirmaciones. Lomborg, autor del libro El ecologista escéptico, tendrá que esperar por su premio Nobel. Quizá en 50 años más, cuando la comunidad científica vuelva a cambiar su criterio sobre qué está pasando con los milenarios cambios de la temperatura de la Tierra, alguien se acuerde de Lomborg y no tanto de Gore.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿esperar 50 años? que optimismo...ojalá lleguemos a comprobar que los problemas urgentes eran los importantes, pero dejame parafrasearte siguiendo a don Churchill..sólo creo en los estudios que me convienen! ..¿entonces en qué queremos creer?

Saludos

Enzo Abbagliati Boïls dijo...

Estimado Luis, no se tú, pero a mi cada vez me cuesta más creer en mensajes que vienen a través de Hollywood y son avalados por la Academia Sueca. Y gracias por seguir comentando.
Saludos, Enzo.