23 de octubre de 2007

Reflexiones sobre el impacto de los espacios públicos de acceso a tecnología

Terminó hoy el taller de IDRC y la Bill & Melinda Gates Foundation. En estas dos jornadas donde hemos discutido sobre cómo enfocar la evaluación del impacto social y económico de los espacios públicos de acceso a tecnología (bibliotecas públicas, telecentros, cybercafés y otros), por momentos la conversación tendía a conducir a desencuentros.
Richard Heeks resumió al final del primer día la situación: estaban los "upper-openers" (quienes disparaban las expectativas del foco de la discusión y del estudio que se llevará adelante en estos cinco años, aspirando incluso a poner en cuestión consensos y definiciones básicas) y estaban los "closer-downers" (quienes buscaban acotar el objeto de estudio a un conjunto de dimensiones, variables e indicadores). Confieso que me sentí más cerca del segundo grupo, en especial porque mi aporte (el de BiblioRedes) a este grupo es poner los pies en la tierra a un grupo donde las "agendas propias de investigación" van mucho más allá del objeto de estudio: ¿tienen los espacios públicos de acceso a tecnología impacto social y económico en las comunidades que atienden? Supongo que es una tensión lógica cuando en una sala hay más títulos de postgrado que personas.
De todo lo conversado y pensado hoy sobre el impacto de proyectos y programas de acceso público a tecnología, especialmente relevantes me parecen tres ideas planteadas por Francisco Proenza:
1. Está demostrado que cuando hablamos de tecnologías de información y comunicación en espacios públicos, el motor más potente es el componente de comunicación. Sobre él se construye el resto (aumento del capital social, aumento del capital cultural, eventuales impactos económicos, etc). No puedo más que recordar el inesperado impacto del chat como principal fenómeno del primer año de BiblioRedes.
2. Al evaluar este tipo de iniciativas, no hay que perder de vista la denominada paradoja de la productividad. El verdadero impacto de la tecnología no se da en el mero hecho de hacer accesible la tecnología, sino cuando las personas y las organizaciones cambian sus formas de trabajo, internalizando la tecnología de manera profunda. Sin embargo, esos cambios son lentos y sus efectos son visibles en el largo plazo. Toda evaluación de impacto social y económico en este ámbito debe tener presente esta característica al momento de realizar el diseño de sus indicadores y su batería de instrumentos, así como en el levantamiento de la información y su análisis posterior.
3. Por último (y en relación con "las agendas de investigación"), se debe apostar por evaluaciones de impacto con impacto. Es decir, optar por aquellas metodologías, estrategias e indicadores que permitan generar impacto en los tomadores de decisiones. El impacto debe ser visible para generar impacto en quienes deciden o para poder generar cambios o ajustes de ruta cuando los datos obtenidos demuestran que el resultado final es nulo o inferior al esperado.

4 comentarios:

ideas en 5 mili segundos dijo...

Hola llegue aquí por tu IBSN, muy interesante tu blog, si tienes oportunidad visita el mio y deja un comentario, esta en mi perfil.

Maz dijo...

UUfff!! Qué profundo artículo.

Recuerdo las largas discusiones sobre los "usos" de BiblioRedes en su puesta en marcha y la absoluta "ignorancia" en la cual nos movíamos cuando se estaban definiendo las métricas de impacto asociadas al proyecto, para determinar escenarios previos y escenarios posteriores al proyecto.

Muy interesante tema, y creo que da para establecer una conversación en Chile de "impactos colaterales" del acceso y los servicios asociados, pero desde diversas ópticas.

Por ejemplo, el impacto colateral en retail, industrias de servicio, sector financiero, bibliotecas y espacios de acceso público, etc.

Digamos que es otra volada, pero interesante, porque se podría generar "trasvasijes de experiencia" ... ;-)

Salu2

Maz

Enzo Abbagliati Boïls dijo...

MAZ, la idea de la participación mía en este taller es precisamente ver cómo implementar en Chile este modelo de evaluación de impacto que se está empezando a diseñar. Comparto contigo que es una excelente oportunidad para medir cuanto aportan los espacios de acceso público a Internet en Chile a nuestra economía. A principios de este año, conversando con encargados locales de BiblioRedes, se hizo evidente el creciente uso de nuestra red como medio de acceso a las multiendas en línea, y utilizando las tarjetas de crédito de estas casas comerciales, los usuarios de las bibliotecas compran en línea. No hará juicios de valor sobre si es bueno o malo que ello ocurra (dado el perfil de nuestros usuarios y cómo el retail los engancha con un acceso fácil a medios de pago con altas tasas de interés), sólo constanto que ello está ocurriendo, y medirlo puede ser interesante.

Cuando nos juntemos a "conversarnos el café" te cuento más. Como ocurriera en los inicios de BiblioRedes, tus ideas serán un aporte a esta versión reloaded que estamos diseñando.

Saludos desde Schipol (es para generarte más envidia malsana),
Enzo.

Enzo Abbagliati Boïls dijo...

Memo, gracias por comentar. Enzo.