Hace algunas semanas compartía algunas reflexiones sobre el caso de Fouad Mourtada, condenado a 3 años de carcel en Marruecos por haber creado en Facebook un perfil falso de un integrante de la familia real marroquí. Acabo de llegar a través de un resumen de links del blog de Ethan Zuckerman a la noticia de su liberación publicada en digiactive.org (aquí la noticia de elmundo.es para quienes no leen inglés y aquí la noticia según el sitio oficial de la campaña para su liberación).
Sigo con mis dudas sobre el caso, pero hoy son un poco más felices mis dudas. Haber formado parte de las miles de personas en el mundo que contribuyeron a apoyar su liberación me hace sentir bien. El ciberactivismo puede, efectivamente, ser reconfortante.
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