23 de enero de 2010

Las bibliotecas habitando en las redes sociales


El jueves pasado participé en las 9as Jornadas Bibliotecarias de la Universidad de Chile, invitado por su Sistema de Servicios de Información y Bibliotecas (SISIB). En esta oportunidad, el eje del seminario, al que sólo asiste el personal de SISIB, eran las redes sociales y cómo pueden las bibliotecas utilizarlas para establecer una nueva manera de relacionarse con sus usuarios.

Mi presentación abrió la jornada, tras la bienvenida de Gabriela Ortúzar, Directora de SISIB, y estuvo centrada en transmitir por qué las bibliotecas deben empezar a habitar las redes sociales. Rescaté una reflexión "colectiva" que hace un tiempo atrás compartí, que permite interpretar en "dialecto de biblioteca" el fenómeno social que hace años está ocurriendo en Internet: Si el usuario es el contenido, la comunidad es la colección y el mundo es la biblioteca.

Si el usuario es el contenido, hay que preguntarse de qué usuarios estamos hablando. En las redes sociales las bibliotecas no se encontrarán con el usuario tradicional, sino con usuarios que posiblemente ya están hoy dando vueltas en sus salas y, sin lugar a dudas, usuarios que aún no llegan a ellas por diversas razones (por ejemplo, por edad) pero que son potencialmente sus usuarios futuros. Reconocer ésto, implica además entender que para muchos de estos usuarios, lo digital y lo real son dos dimensiones de un sólo mundo, en el que habitan de forma natural, de una manera hiperconectada y ubicua gracias a múltiples dispositivos tecnológicos. Pero en este habitar, el elemento característico es la conversación permanente. Son usuarios de bibliotecas (actuales o futuros) que aprenden conversando, que juegan conversando, que deliberan conversando, que deciden conversando, generan contenido conversando.

Si el usuario es el contenido, la comunidad es la colección. El conjunto de los usuarios descritos antes, usan las redes, pero más que una relación fetichista con dispositivos, aplicaciones y programas, establecen una relación afectiva con las redes, ya que a través de éstas se produce el encuentro con los otros, las otras. El encuentro con aquellas personas con las que comparten intereses, motivaciones, sueños, pero también con las que discrepan, con las que debaten. En este encuentro, construye esta comunidad un muy potente ecosistema conversacional, un diálogo a veces desordenado, rico en diversidad, generador absoluto de un contenido que no para de crecer. Hasta una pregunta sencilla solicitando sugerencias de lectura es capaz de desatar una conversación de múltiples hebras, revelando que la colección ya no la forman sólo los libros, sino que las mismas personas son la colección, una potencialmente infinita.

Si el usuario es el contenido y la comunidad la colección, entonces el mundo es la biblioteca. Parece un cierre lógico de la reflexión, pero esconde que "ese" mundo es uno donde se han quebrado algunos paradigmas, entre ellos la mirada ilustrada sobre cómo reunir el conocimiento de la Humanidad en una sola obra. En las redes, es la Humanidad quien asume la tarea, no un reducido y autoseleccionado grupo de ilustrados profesores universitarios. Y si el sueño de Diderot y Adler está en crisis, también lo está el ideal de la Biblioteca de Alejandría (y el de todas las bibliotecas) de reunir en un espacio físico el compendio del saber del mundo. Los términos se han invertido y en este mundo de redes distribuidas hacia el que nos movemos con gran rapidez, a punta de hipervínculos podemos parafrasear a Borges y enorgullecernos de aquellos a los que enlazamos y no tanto de quienes nos enlazan. A través de los primeros abrimos las puertas de la biblioteca, las puertas del mundo, ese mundo lleno de usuarios, llenos de redes.

Sin usuarios no hay biblioteca. Ésta debe habitar donde se mueven sus usuarios, recordando que, como dijo Ranganathan hace ya siete décadas, la biblioteca es un organismo en crecimiento.

Comparto la presentación y agradezco a Isabel Villanueva y Alejandro Morales por haber sido los gestores de mi invitación. Confieso que volver, aunque haya sido por un par de horas, a una sala llena de bibliotecari@s fue como sentirme en casa. Y el bonus track fue haber podido saludar a María Luisa Matte,"mi bibliotecaria" cuando estudié en la U. de Chile (segunda y última confesión: aunque soy ponticato, también recuerdo con afecto mi paso por la U ;-)).

5 comentarios:

Quiroz Castillo dijo...

Hola....como puedo acceder a la presentación?....aparece un mensaje de que ha sido removido o que e privado.....
lamento confirmarle que cuando se tiene pasión, aunque se deje aparentemente, esa pasión nunca de olvida.......felicidades por las ideas que sigues propagando, me gustan, tienes toda la razón....las apoyo.......espero seguir trabajando para que sean realidad...

Enzo Abbagliati Boïls dijo...

@BNCL, para descargar la presentación sólo requieres ingresar a Slideshare. Acabo de probar y está accesible la presentación. Avísame si se sigues con problema para acceder a ella. Y gracias por comentar.

yop dijo...

Muchas gracias Enzo por tu visión de biblioteca 1que abarca más allá de las cuatro paredes. se asocia también a una comprensión diferente de la lectura y de la misma comprensión. De la lectura porque ya no se trata sólo de descifrar códigos letrados, sino imágenes, animaciones, música, ánimos, etc (te regalo este videito:http://www.youtube.com/watch?v=ZKw_Mp5YkaE), todo lo que los usuarios generen como lo que llamas contenido.
Que las comunidades sean la colección le pone un sentido identitario colectivo hermoso.
Y respecto de la comprensión y el concepto más global que propones, me gustaría aportar una visión más planetaria que leí con Morin. Si la biblioteca es el mundo con una invitación a comprender, invito a comprendernos a nosotros mismos, a los otros, a las comunidades (comprensión entre culturas) y también como humanidad habitando un planeta.
Muchas gracias, y por favor si sabes o das un curso, avísanos que como programa de Centro de Recursos del colegio queremos ir.

Alvaro dijo...

Formidable la visión que planteas de la ruta hacia donde se debieran encaminar la bibliotecas.
El horizonte se centra en compartir el conocimiento en un plano más horizontal, democrático y equidistante. No implica eliminar a los académicos sino bajarlos de la nube o del pedestal para que conversen con los mortales menos ilustrados pero igualmente sabios.

Saludos desde un Bergen cubierto de mucha nieve.

Enzo Abbagliati Boïls dijo...

@Gabriela, gracias por el comentario y por el regalo ;). Te aviso si en el horizonte surge alguna conferencia que les pueda interesar.

@Alvaro, esa mezcla, entre el especialista y el no especialista, sólo puede producir beneficios para el conocimiento. Y saludos desde un Santiago en el que, para utilizar una expresión local, están cayendo los patos asados del cielo.