Por Luis Ramírez (*)
Es inevitable referirse a la colusión de las farmacias y tal como es la tónica en este blog, quisiera mirar este fenómeno desde la perspectiva de lo que está ocurriendo en Internet.
El denominador común de este tipo de “ciber-activismo” es a usar la red para movilizar causas de interés público. De hecho, son tres al menos las características que se deben considerar al momento de analizar lo que tienen implícito este tipo de iniciativas:
1. Más allá de los tribunales. Hoy, tenemos que ser capaces de crear un nuevo escenario que obligue a empresarios y grandes conglomerados a no acostumbrarse a la idea de "preferir pagar multas"en vez de hacerse cargo de sus malas acciones. La herramienta que tenemos los ciudadanos, además de recurrir a los tribunales y de dejar que las “instituciones funcionen” es tomar acciones destinadas a infringir un castigo moral que se refleje en uno de los grandes capitales de una marca: su reputación y la confianza que genera entre los consumidores. En Internet, el daño moral se expresa en la primera página de lo que “Googlean” sobre ti. La mala reputación en Internet es perdurable y tiende a afectar incluso el valor de mercado de una compañía. La lección que deberán grabarse a fuego las empresas es que la velocidad y capacidad de organización en red es parte del nuevo escenario y llegó para quedarse. Se abre una nueva forma de relación con los consumidores.
2. Más allá de la dicotomía izquierda/derecha o estado/mercado. También es importante rescatar el fundamento des-politizado (en sentido tradicional) de este tipo de causas. Da exactamente igual a qué partido pertenezcas. Igualmente, no se debe entender esto como una cruzada contra el mercado y el sector privado, sino más bien a una movilización de voluntades que en última instancia apunta a mejorar el funcionamiento del mercado, castigando a las empresas que atentan contra el interés de las mayorías. Se entiende que una ciudadanía vigilante y activa, dispuesta a defender sus derechos, es una garantía adicional frente a los abusos que no logran ser neutralizados por la institucionalidad reguladora del estado.
3. Más allá de las colusiones. Causas como las que se expresan en Internet son una manifestación primaria de organización cívica. Por ejemplo, en el caso específico de “Ciudadanos coludidos contra cadenas de farmacias”, los organizadores intentan instalar la opción de las farmacias de barrio para consumidores o ciudadanos que, "coludidos dejan de comprar a las “FARMAFIAS” y privilegian a las farmacias de barrio, el trato justo y el fomento del negocio familiar.
Claramente, el llamado que hacemos no es ni a la destrucción ni al vandalismo. Es un llamado a la movilización desde las redes.
(*) Entrada publicada el 31 de marzo de 2009 por Luis Ramírez en su blog en La Tercera.
1 comentario:
Ajá! O sea, que este es un artículo "coludido". :-) Buena iniciativa la que están impulsando, y es interesante comenzar a ver los efectos de la ciudadanía organizada en Red. Saludos!
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