Fuente de la imagen: VTR Internet Segura
Soy padre de dos niños, de 4 y 7 años. Estoy convencido de que el acceso y capacidad de uso de la tecnología será fundamental en sus posibilidades de desarrollo personal, tanto en su formación académica, en su vida profesional y, por cierto, en su capacidad de socializar y establecer lazos de comunicación, colaboración y amistad con otras personas. Pero también tengo claro que ese acceso a tecnología les hará estar expuestos a un conjunto de situaciones que yo no viví en mi infancia y adolescencia, y que recién siendo adulto enfrenté, cuando ya tenía un criterio desarrollado respecto a lo que era bueno y lo que era malo para mi.
Por eso, el reciente lanzamiento de la campaña VTR Internet Segura, que cuenta con el apoyo de del Ministerio de Interior de Chile, atrajo mi atención. Pero ya desde los primeros mensajes que conocí, algo me sonaba raro. Notaba cierta estigmatización de Internet como un espacio lleno de riesgos, opacando la versión opuesta: Internet como un espacio lleno de oportunidades. Y al escribir esta entrada, luego de haber estado casi una hora revisando el sitio de la campaña, mi primera reacción se ha confirmado: es una campaña basada en el miedo. Una campaña necesaria con el foco equivocado.
Es imposible no valorar el esfuerzo por prevenir el ciberbullying, el grooming o el phishing, pero cuando en la pasada se emiten mensajes en la dirección equivocada, el público objetivo al que está dirigida la campaña (los padres, especialmente aquellos con bajas destrezas y niveles de uso de Internet) puede tomar decisiones erróneas influidos por una mirada sesgada y por momentos muy limitada de Internet.
Apela esta campaña a un resorte emocional que todos los que somos padres tenemos: el miedo a que nuestros hijos sufran por acciones de personas malintencionadas. Y para ello construye una visión de Internet como un espacio plagado de individuos que se esconden tras el anonimato de un alias y que hacen de las distintos medios de comunicación en línea su vehículo para asaltar y abusar de nuestros hijos. Sólo basta tener presente la imagen que encabeza esta entrada para darse cuenta de cómo ya desde los elementos gráficos el tono de la campaña se centra en el lado oscuro de Internet (que por cierto lo tiene, algo que no pretendo negar).
¿Cuáles son mis principales críticas?
Mi primera crítica: lo ya dicho. En vez de emitir un mensaje positivo, refuerza en forma permanente el mensaje negativo. En vez de ver los beneficios (reducidos a algunas frases cliché en los párrafos iniciales de algunas secciones) y acompañar esa mirada con un alerta respecto a las amenazas, sólo se mencionan éstas. Un ejemplo son las referencias al concepto blog en el Manual de Recomendaciones para una Internet Segura, accesible desde el sitio. Tres veces se usa la palabra blog: en dos oportunidades se entrega una visión negativa (el blog como espacio en el que actúa el abusador sexual, el blog como espacio de acoso escolar por Internet) y la tercera mención es en el glosario, que entrega un breve y neutra descripción de lo que es un blog. Si yo soy padre de familia y no tengo experiencia directa con los blogs, despúes de leer el Manual concluiré que los blogs son "espacios de riesgo" para mis hijos. No alcanzaré a vislumbrar como han contribuido los blogs a generar información, conocimiento y espacios de colaboración entre personas y colectivos. No, los blogs serán sólo una amenaza para mis hijos.
Una segunda crítica es que se eleven lugares comunes a la categoría de verdades incuestionables sin el debido respaldo. En el Manual de Recomendaciones para una Internet Segura, se indica: "Los abusadores de menores encuentran en Internet un lugar más accesible para desplegar una variedad de actividades de abuso sexual a menores, amparados bajo el anonimato del medio". Asumo que la comparación es con el mundo real, ese donde la violencia sexual contra niños y niñas suele ser ejercida por personas de confianza, en muchas ocasiones integrantes del grupo familiar. Ciertamente, Internet también abre oportunidades para este tipo de abusos, pero ello no implica de manera necesaria que sea un espacio donde se cometan más delitos sexuales contra menores.
En Chile durante el último tiempo ha habido cierta presencia en los medios de casos de grooming y ciberbullying, pero es imposible construir tendencias a partir de casos, por muy condenables que sean. La pregunta que debemos hacer es cuantos casos de abuso sexual o acoso escolar en línea han ocurrido en relación a la cantidad de horas de acceso a Internet que los niños y adolescentes chilenos han tenido. Dato complejo de obtener, por cierto, porque al igual que en la vida en el mundo físico, no todos los casos se conocen, pero -al igual que en el mundo físico- son la excepción. Aunque suene grotesco, sería como si por algunos casos de violaciones de menores en parques y plazas públicas, se llegara a la conclusión de que parques y plazas son "espacios de riesgo" para nuestros hijos.
Y una tercera crítica tiene que ver con una rotunda incomprensión de ciertas lógicas propias de estos nuevos espacios y como se genera la comunicación entre personas en ellos. El mejor ejemplo es una de las frases fuerzas del spot que protagoniza el tenista Fernando González (que pueden ver aquí), que entre otras cosas sugiere: "Chatea sólo con tus amigos". Solo contrargumentar que si la comunidad de personas que ha hecho del software libre y el conocimiento abierto uno de los espacios de mayor innovación en las últimas dos décadas hubiera aplicado esta recomendación, quizá hoy no tendríamos a nuestro alcance la posibilidad de compartir y comunicarnos con personas de todas las culturas del mundo a través de Internet. Y esa comunidad se ha basado, entre otras cosas, en el trabajo colaborativo entre personas que no se conocen en el mundo físico y que han chateado con extraños. Creer que en el mundo virtual se reproducen (o debieran reproducirse) las dinámicas del mundo físico, es ver con ojos del siglo XX una realidad del siglo XXI. De hecho, la misma distinción entre mundo físico y mundo virtual es cada vez más tenue.
Entonces... ¿cómo enfrentar este tema?
Hace un tiempo, un buen amigo, también padre de familia, en un peligroso ejercicio que grafica las limitaciones de Internet (esto es una ironía, por si no lo parece), pidió ayuda en línea (debe ser, sin duda, un abusador sexual o un acosador, ya que tiene blog). Las respuestas que recibió de varias decenas de personas, entre ellas este cadaunante (también sospechoso por escribir estas líneas a altas horas de la noche), son el mejor ejemplo de cómo la visión positiva de las cosas puede ser posible y, a mi juicio, más constructiva en el largo plazo. Por eso, más que reproducir aquí lo compartido en esa conversación, invito a leerla en detalle: Papá en Red pide ayuda.
2 comentarios:
solo un comentario muy menor: el termino es phishing. disculpa por lo detallista, pero sin la "h" suena un poco raro. jejeje
felicitaciones por tu blog. excelente aporte y grata lectura.
Cristian C.
@Cristian,
gracias por la correción (ya aplicada) y por la referencia en el blog de los delegados de cultura del colegio.
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