10 de mayo de 2009

Cambio

Fotografía: Izquierda Arr!!! de (Lolita) 8 con licencia CC:BY-NC-SA

Año de elecciones presidenciales y para contradecir a un expresidente, la política chilena se empieza a poner entretenida. No es que haya, por el momento, debate de grandes ideas y proyectos de país, pero algunos actos de la obra tienen su que sé yo.

Desde aquellos que fundan coaliciones por el cambio (aunque las caras son, en esencia, las mismas) hasta los que después de casi dos décadas en La Moneda buscan la renovación (aunque las caras son, en esencia, las mismas). Candidatos alternativos (no los alternativos de siempre, que a fuerza de alternativos parecen ya no serlo) levantan voces y reclaman espacios. El nieto de un general que lideró el período de mayor violencia de Estado en la historia de Chile o el hijo de uno de los principales responsables de la violencia pólítica de fines de los sesenta y principios de los setenta. Ambos autoconvocados (autoungidos) como voz de sectores independientes, portadores de no sé qué regeneración de la política local.

No sé. Mucho uso de las palabras cambio, renovación, pero el directorio de apellidos no crece, las familias políticas siguen siendo las mismas. Todo, y todos, por cierto, con legítimas aspiraciones, pero con una fuerte sensación de deja vú para nosotros, los votantes. Quizá sea la endogamia política nacional. Quizá. Tanto apellido repetido me suena a mero mecanismo de autorreproducción. Válido, pero fórmula ya conocida.

¿Y qué podrá ser el cambio? El cambio será el día que una mujer aymara o un hombre mapuche, educados en escuelas públicas rurales, lleguen a La Moneda, pero lo verdaderamente revolucionario será que gobiernen siguiendo las ideas de la escuela austriaca de economía. Porque ya tuvimos un miembro de la élite gobernando con Marx en la mesa de noche. No, eso ya no sería nuevo. Y las otras combinaciones son demasiado obvias como para mencionarlas.

1 comentario:

El Zorro dijo...

¡Carajo, la foto que encabeza la entrada los dice todo!