5 de octubre de 2010

[3 años] Índice de renovación


Esta es la tercera entrada de aniversario de Cadaunadas. Su autor, Fernando Juárez, un buen amigo de un pueblo vasco que como todo pueblo vasco es, con toda certeza, el centro del mundo (aunque su catedral esté unos kilómetros distante). Fernando es, en sus palabras, un bibliotecario de pueblo que tempranamente comprendió que en estas lides, las de atender parroquianos en la red, la biblioteca de pueblo le podían competir de igual a igual a la grande. Todo es, como él dice, un tema de actitud. ¡Disfrútenla y eskerrik asko Fernando!
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Es preocupante la facilidad con la que aceptamos el principio de que la tecnología nos abre nuevas posibilidades que no podemos acometer por falta de tiempo (Esto está muy bien pero es imposible de aplicar; supondría una tarea más y no podemos hacerlo”)  y/o porque no somos nativos digitales (“Claro, los jóvenes...pero nosotros...”). Ahora que la tecnología es barata e intuitiva recurrimos a la falta de tiempo y al corte generacional porque las excusas económicas y de curva de aprendizaje ya no son tan válidas. Y sí, es cierto, seguir “con lo de antes” y además “con lo de ahora” nos genera a menudo una frustración que atribuimos a los achaques de la edad :-)

Cuando hace dos años nos disponíamos a  inaugurar la nueva biblioteca pedí ayuda a un colega que se dedica a planificar nuevos centros; me habló de la relación entre la población, los metros cuadrados, los fondos, los recursos humanos, la distribución de los espacios..."y no te olvides del índice de renovación" (dado un número óptimo de ítems en el fondo de una biblioteca es necesario renovar anualmente un 10% para mantenerla actualizada; en una década el fondo se habrá renovado completamente y se ofrecerá al usuario una colección viva).

Ese concepto superaba al mío de expurgo (básicamente quitar de la circulación aquello que estuviese destrozado cuando las estanterías dijesen basta) porque exige asumir que no podemos con todo y es necesario deshacerse de fondos (no muy viejos) para hacer sitio a otros (más nuevos) si queremos seguir ofreciendo una colección (y un servicio) de calidad. Más no es sinónimo de mejor y la biblioteca debe fluir y renovarse evitando tanto el estancamiento como el desbordamiento.

Creo que  la profundidad de ese índice reside en tenerlo presente en nuestra manera de afrontar el día a día. Deberíamos aplicarlo reflexionando sobre lo que hacemos para "renovar" periódicamente ideas y quehaceres, aunque sea a consta de aquello que nos parece inherente a nuestra (idea de) biblioteca, a nuestra vida. Solo así podremos afrontar los nuevos retos sin estancarnos en procedimientos caducos y sin ser desbordados por los desafíos de la Sociedad de la Información. 

Quien tenga contacto con otras personas podrá intuir nuevas ideas, nuevas formas de hacer; podrá superar los agobios de la falta de tiempo y los complejos generacionales. Hablar con los usuarios de la bibioteca, ir a toda clase de cursos, charlas, congresos (donde conoces personas, reencuentras  amigos, hablas distendídamente y de vez en cuando, además, nos enseñan algo), usar twitter, flickr, gmail... y ,por supuesto, perder el tiempo leyendo blogs influyen en mi particular "índice de renovación". 

Supongo que por eso me gusta pasarme por las cadaunadas de un tipo que huye de ideas estancadas y nos ayuda a evitar desbordamientos cotidianos con sus reflexiones sobre el tercer entorno a través del quinto poder.  

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