26 de diciembre de 2008

Apoyemos la Carta por la Compasión

Vía Leo Maldonado, conozco esta gran idea: hacer del 2009, el año en que construyamos globalmente la Carta por la Compasión. Bien podría ser el hito fundacional de un nuevo mundo basado en la regla de oro presente en todas las religiones del mundo: no le hagas al prójimo lo que no te gustaría te hicieran a tí.

15 de diciembre de 2008

A Javier Marías, desde una taberna periférica

Estimado Sr. Javier Marías,

lo más seguro es que usted nunca conozca esta carta, que le escribo después de leer (gracias a eCuaderno) su columna de ayer en El País.

Y digo que nunca la conocerá, porque en el desconectado mundo en el que usted se ufana de vivir, el centro y la periferia son eso: uno, el lugar desde el cual se dicta cátedra, un Madrid (que para estos efectos podría ser Washington, Londres o Berlín) que pese a la crisis es parte del primer mundo, parte del centro; y el otro, un arrabal de esa red de poderes que define lo que es norte y lo que es sur, lo que queda intramuros y lo que está extramuros. Y ya sabemos que en ese desconectado mundo, las fronteras entre quienes definen lo que las cosas son y los que aceptan esas definiciones son claras, normativas y con un infalible sentido de autoridad.

Ya habrá descubierto que le escribo desde una taberna periférica, desde una tierra que podría saciar su extravagancia exagerada, pero también responderle que no todo (en realidad, bastante poco) de esta otra comarca para usted más extraña, el mundo de los blogs, es una región ocultamente furibunda.

Si usted tuviese a bien darse algo de tiempo podría, como yo, sindicar (palabra que puede le guste por su evidente anglofilia), digo, sindicar en algún lugar de la red varias decenas de blogs, todos con contenidos originales, reflexiones interesantes y comentarios aún mas enriquecedores. De esa manera, quizá entendería que en esta parte de la Web no todo son ataques anónimos, lapidaciones amparadas en nicks. No, Sr. Marías, mas bien lo contrario: la blogosfera es un espacio para la mejor conversación, para el fértil intercambio de ideas. Aunque no puedo negarle que en este mundo también abundan los verdaderos ignorantes, que no son aquellos que enarbolan su analfabetismo sino los que hacen de su falta de respeto y tolerancia por el otro su bandera. Eso sí, coincidirá usted conmigo que ese no es un mal propio ni surgido en la Web, siendo ésta apenas un reflejo de lo que ocurre fuera de ella.

Ese es uno de los puntos que más me extraña de su columna. En sus palabras surge, sin mayores pudores, un lugar común que no por reiterado deja de ser falso: si en la Web hay regiones ocultamente furibundas, es porque quienes así escriben, se expresan de la misma manera en las conocidas tierras del mundo analógico. O les gustaría. Cuando la cobardía en la dimensión de los átomos, se convierte en falsa gallardía en la dimensión de los bits, eso no habla de la Web, ni de los blogs, ni de ninguna recóndita región del mundo digital: habla de personas que malviven y malpiensan aquì y en la quebrada del ají, si me permite usted usar una expresión de mi propia periferia.

Insisto: a estas alturas, parece y es majadero no querer reconocer que la Web es espejo del mundo, de los que en él habitan, de lo que en él ocurre. Un espejo que por sus particularidades facilita y amplifica lo peor del mundo; pero que también potencia y promueve lo mejor de nosotros.

Y es esa oportunidad que entrega la Web, la que yo creo más le molesta. Que las distancias se acorten, que todos podamos contribuir a esa "enciclopedia de vastedad incomparable", pero que de tan abierta haga que a usted le genere tanto malestar la "calidad muy dudosa y variable" de lo que en ella se puede encontrar. Pero es esa oportunidad, para los que vivimos en la periferia, la que hace de la Web un espacio de cambio profundo en las relaciones de poder en el mundo.

No caeré en endebles panegíricos de las cualidades democráticas de una red de computadores interconectados. Finalmente, alguién sigue teniendo el poder de apagar la luz, alguien tiene la posibilidad de desconectarnos, de controlarnos. Pero cuando la topología de esa red tiende a ser distribuida, sin centros ni periferias, donde todos los nodos pueden llegar a ser igual de importantes, es tiempo de reconocer que hay ciertos púlpitos que pierden feligreses, porque estos empiezan a comprender que las verdades reveladas no existen, o si existen ellos son protagonistas en su "revelación".

Sr. Marías, bien sé que se refería a la blogsfera española, pero por extensión me he sentido aludido, ya que en este mundo de la Web las fronteras de los estados nacionales revelan lo que son: entelequías. No he podido, por ello, dejar de responderle, supongo que de la misma manera que el trabajador de una imprenta hubiera hecho a fines del siglo XV ante la diatriba de algún monje que veía como se escapaba de las manos su poder. El resto, como usted ya sabe, es historia.

Se despide atentamente,
un Cadaunante.

Duelo de cadaunantes

Lejos, muy lejos de O.K. Corral, en tierra de desiertos aún más míticos que los de Arizona, bajo un sol quizá no tan ardiente como el que fue testigo del tiroteo entre los Earp y los Clanton, ocurrió hoy un duelo de cadaunantes a orillas del Tigris. Muntazer al Ziadi, con el ceño fruncido y gritando la mejor frase del libreto ("toma tu beso de despedida, pedazo de perro"), disparó dos veces a George W. Bush. El "lenguaraz del Potomac", cuando sus secuaces ya tenían controlado al "zapatero del Nilo", con la ironía perfilando su sonrisa texana respondió: "Los zapatos eran talla 10".

Dicen las malas lenguas que Samuel Huntington, escritor de westerns, ya está lanzando las primeras líneas de su nueva crónica de la ruda vida en el mundo de los cowboys: "Zapatazos entre civilizaciones".

10 de diciembre de 2008

Recordemos

Aunque en esta celebración aún hayan demasiados motivos para no estar satisfechos, siempre es posible hacer algo más, en especial para los que estamos conversando en la blogosfera. Te invito a inscribirte en esta causa.


9 de diciembre de 2008

Esta entrada se me escapó


... Así como a lo largo de mi vida se me han escapado de las manos situaciones que yo mismo he colaborado en enredar. O cuando se me han salido por la boca afirmaciones que en el mismo instante que las estoy pronunciando sé que será difícil explicar que quise decir. Pero, después de todo, cada vez más me asumo como un tipo que, en el mejor de los casos, carece del más mínimo autocontrol (aunque he desarrollado una increible capacidad para disfrazar mi limitación).

Toda esta explicación es apenas una burdo preámbulo para justificar una recomendación: lean el blog SeSienteRubio. Resentimiento social del bueno, de la mejor cepa. Cuando la irreverencia del kiosko de la esquina pasó a ser parte del modelo, sólo queda el nihilismo en línea como refugio.

Estoy seguro que mañana en la mañana lamentaré haber escrito esta entrada, pero ya será tarde. Afortunadamente, SeSienteRubio es tan localista que las esquirlas de mi error sólo alcanzarán a dañar a mis pocos lectores de este lado de la cordillera. A ellos, de antemano, mis más sinceras disculpas.