Primera Advertencia: Esta entrada puede que yo mismo no la entienda mañana cuando la lea después de mis necesarias horas de descanso. También es probable que lo que aquí escribiré ya haya sido dicho, y que sólo sea una pérdida de tiempo para quien se dé el tiempo de leerla. Y, por cierto, confirma que la exposición prolongada a ciertos blogs perjudica la salud.
Palabras como hipertexto, hipervínculo o hiperespacio son parte de un vocabulario de reciente cuño (si lo ponemos en el contexto de la historia del castellano) pero ampliamente usado en el ámbito de la reflexión sobre el mundo digital y que incluso, en algunos casos, han sido ya aceptadas por la Real Academia Española de la Lengua (RAE) en su diccionario. Es posible encontrar en Internet múltiples fuentes de información sobre estos conceptos, y existe un consenso general sobre sus significados más comunes.
Sin embargo, la palabra hipersignificado aparece como un concepto virgen. Para la búsqueda "hipersignificado", Google arroja 8 resultados, mientras que para la búsqueda “hiper significado” devuelve 7 aciertos, 5 de ellos en portugués.
Segunda Advertencia: No es que crea a Google como la fuente de la verdad, pero si permite analizar al alcance de un clic el vigor e intensidad del uso de un término. Y en eso, asumiendo a la cultura como un proceso dinámico en su esencia, Google (o cualquier otro buscador de información) nos entrega ventajas comparativas respecto a épocas anteriores.
En el caso de hipersignificado es muy limitado lo que hallé. Lo más relevante: por un lado, un uso aplicado en psicología al análisis de estados delirantes (que no descarto tenga alguna relación con esta entrada), y, por otro lado, una aplicación que realiza Umberto Eco en una introducción a la semiótica.
Pero, ¿que podríamos entender como hipersignificado y que posibilidades entrega para el análisis de la comunicación en el mundo digital? Para la RAE, el prefijo hiper puede significar superioridad o exceso. Así, hipersignificado pudiera interpretarse como un significado de valor superior o un exceso de significado.
Hipersignificado como un significado de valor superior.
Esta acepción del término es la que entronca con aquella que ve en el hipertexto la posibilidad de que el lector alcance una compresión más cabal de la información, pudiendo desde el texto que está leyendo acceder a retazos de información complementaria que permiten acotar e integrar de mejor manera los conceptos utilizados para articular el hilo conductor en la explicación del significado. La superioridad estaría asociada aquí a la capacidad del hipersignificado de reunir como una sola unidad el significado primario con su contexto.
Hipersignificado como un exceso de significado.
A mi juicio, esta interpretación del término es la más interesante, ya que permite generar significados inesperados a partir de las posibilidades de comunicación inherentes al acto técnico de establecer un vínculo entre dos contenidos de información.
Me explico. En general, el uso del hipertexto es bastante literal. En un contenido que hable sobre dios, es muy probable que la palabra dios esté hipervinculada a otro contenido que explique en forma detallada el significado de la palabra dios. Es el hipersignificado como valor superior. Pero, cuando el uso del vínculo empieza a alejarse de la literalidad, entramos en una zona de significados más confusos, que pueden llevarnos hacia espacios distantes del significado preciso de la palabra y, por tanto, ampliar el significado del contenido desde el cual fuimos hipervinculados. Siguiendo el ejemplo, la palabra dios estaría cargada de excesos de significado, ya que frente a este dios, podríamos encontrar este dios, este otro dios o este dios. Los últimos nos llevan a zonas en las que la relación palabra-significado no es explícita, y nos obligan a inferir un conjunto de interpretaciones para hacernos cargo de los significados no explícitos que de la palabra se hacen y que están contenidos en el hipertexto. Estos significados no explícitos constituyen el corazón del hipersignificado.
Si entendemos el mundo digital como un denso tejido de redes, cada una de las cuales aporta sus propios vocabularios con sus propios significados y contextos en los que estos operan, el entrelazamiento virtual de estas redes, permite a través de un simple hipertexto, saltar desde un espacio de significados a otro espacio de significados.
Sin duda, esto no es algo nuevo, y tiene su génesis (si me permiten la alusión bíblica), en la diversidad y pluriculturalidad de la Humanidad. La novedad está en que en la esfera de lo digital (tengo claro la vaguedad de la expresión), todos los contextos de significado que cohabitan en el mundo físico, pueden generar nuevos cruces entre sí que en la esfera de lo físico son imposibles o improbables. En este nuevo contexto (que es donde operan sólo los cruces virtuales que se dan entre estas redes que entran en contacto), el hipersignificado se convierte en la norma, ya que todo es, en esencia, un exceso de significado que tiende a carecer de contexto físico (o geográfico, para ser más preciso).
El hipersignificado como exceso de significado no es, en sí misma, una característica positiva ni negativa de lo digital. En esencia, es la manifestación primaria de un nuevo espacio para el surgimiento de significados, los que a su vez pueden ser nuevos en forma completa o nuevas expresiones de viejos significados. El hipersignificado no está desprovisto de carga valórica, pero ésta debe analizarse a partir de los procesos de significación que se dan de manera principal en la esfera de lo digital.
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