17 de mayo de 2009

Mi noción de patria

Fotografía: Don Mario, de vaca_maldita, con licencia CC:BY-NC-ND

Acabo de leer que ha muerto Mario Benedetti. Su mirada, en especial su poesía, fue la lectura de mi retorno a Chile a fines de los 80. A él le debo, entre otras cosas, entender porque yo hice ese viaje en dirección opuesta al sentido común, dejando familia y amigos en el Norte:
Quizá mi única noción de patria
sea esta urgencia de decir Nosotros
quizá mi única noción de patria
sea este regreso al propio desconcierto
Gracias Mario.

Comunidad Contenidos Locales


Hoy lanzamos en BiblioRedes la versión beta de nuestra primera comunidad virtual: Contenidos Locales.

Es un paso muy importante en nuestra historia. Desde noviembre de 2002 estamos acompañando en su proceso de inclusión digital a los usuarios de las bibliotecas públicas chilenas, ofreciéndoles acceso gratuito a Internet y desarrollando sus competencias a través de nuestro programa de alfabetización digital comunitaria. A estos dos servicios iniciales, el año 2004 añadimos el promover la generación de contenido local digital por parte de las propias comunidades atendidas por las bibliotecas. Era parte de una apuesta de BiblioRedes que entendía que la apropiación social de la tecnología pasaba, entre otras cosas, por apoyar la creación y recreación de las identidades locales en la Web. Y nos fue bien, muy bien, no sólo por las más de siete mil páginas Web creadas por nuestros usuarios, sino porque esta dimensión de BiblioRedes fue reconocida internacionalmente, recibiendo entre otros el "premio Nóbel de Internet".

Contenidos Locales significa un giro hacia la web social. Seguimos creyendo que -en un mundo hiperconectado- la biblioteca pública tiene que, cada vez más, convertirse en un medio para que sus usuarios no sólo reciban sino aporten contenidos a la web. Pero ese aportar, en el caso nuestro, no es neutro: nos interesan las culturas locales, esas que difícilmente aparecen en los grandes medios y que son apenas una cita a pie de página en los versiones oficiales de Chile.

Nos mueve la intrahistoria del millón de personas a las que hemos acompañado en estos casi siete años. Queremos construir comunidad con las más de once mil personas que diariamente acceden a Internet en alguna biblioteca pública de Chile, y que ellas encuentren a través de Contenidos Locales esas conversaciones en red que sabemos las motivan en el día a día de sus localidades. Pero también queremos armar comunidad con las miles de personas que hoy están hablando en la web sobre el Chile de barrios, pueblos y aldeas; del Chile de las tradiciones, las de viejo cuño pero las que también se crean a diario, remezclando raices locales con influencias externas. Queremos que aparezca el Chile de la cueca y el hip-hop; del mapudungun y el castellano; de la cazuela y el sushi.

¿Cuál es la promesa que hacemos? Quien esté en nuestra comunidad tendrá una mayor visibilidad de sus contenidos (sea cual sea la plataforma y formato en que estén creados), pero sobre todo le ayudará a encontrarse con tod@s aquell@s que compartan sus intereses, visiones, sueños. Sea donde sea que estén, Contenidos Locales será su espacio para conversar de lo que somos y queremos ser, diversos y plurales desde lo local.

Y como buena versión beta, estaremos atentos a los comentarios y críticas que recibamos en estos primeros meses de funcionamiento, para revisar y afinar la propuesta. Porque nuestro "sueño del pibe" es ambicioso: convertir a la comunidad Contenidos Locales en el referente mundial sobre las culturas locales chilenas en la Web.

16 de mayo de 2009

Colombia II: Hablando sobre BiblioRedes

La invitación de la Biblioteca Nacional de Colombia que comenté en la entrada anterior tenía dos objetivos. Primero, asesorar a su equipo, en base a la experiencia de BiblioRedes, en sus incipientes iniciativas de conectividad, digitalización y contenidos locales. Y, en segundo lugar, realizar un par de presentaciones.

La primera presentación, realizada el 12 de mayo en la misma Biblioteca Nacional estaba orientada hacia el sector bibliotecario de Bogotá y tuvo como eje la labor de BiblioRedes en torno a los contenidos locales generados por la comunidad. Comparto acá la presentación:
La segunda presentación, más breve, fue una mirada más general a BiblioRedes, y la realicé el miércoles 13 en el marco de Bibliotic 2009, encuentro sobre bibliotecas y tecnología organizado por enREDo y la Red de Bibliotecas de Medellín. Esta es la presentación que realicé:

La participación en Bibliotic me permitió, además, conocer la imponente Biblioteca Pública Virgilio Barco, una de las bibliotecas mayores de Biblored, la Red Capital de Bibliotecas Públicas de Bogotá, un programa de la Alcaldía Mayor de Bogotá y la Secretaría de Educación del Distrito Capital. Esta biblioteca, junto con ser un ícono arquitectónico, obra de Rogelio Salmona, fue parte de una política pública destinada a combatir la violencia a través de la recuperación de espacios públicos.

De mi participación en Bibliotic, comparto además el artículo escrito por Catalina Cruz para telecentre.org y la nota realizada por la Red de Bibliotecas de Medellín, que incluye un pequeño video.

Mención aparte merece una entrevista en vivo que me realizaron en los estudios de CityTV el martes 12 en la mañana. Fue, confieso, una entrevista muy extraña:



14 de mayo de 2009

Colombia I: Una experiencia de contenido local


Invitado por la Biblioteca Nacional de Colombia, desde el domingo pasado estuve en Bogotá. Fueron días bastante intensos, de mucho conocer y estrechar lazos con el acogedor equipo de la Biblioteca. Días en los que pude comprobar como las bibliotecas colombianas, referentes latinoamericanos en los más diversos ámbitos, están asumiendo de manera decidida los desafíos y oportunidades que la tecnología ofrecen para llevar un paso más allá lo que cada vez creo más es la razón de ser más profunda de quienes nos desempeñamos en bibliotecas: construir sociedades más democráticas sobre la base de una mayor equidad en el acceso a las oportunidades.

De todo lo que ví destaco, en esta primera entrada, una iniciativa que está recién partiendo (y que en gran medida fue el motivo de la invitación que me hicieran): Súmese a la expedición botánica, un proyecto del programa Bibliotecas Vivas del Plan Nacional de Lectura y Bibliotecas, que lidera la Biblioteca Nacional. Según su equipo coordinador, el trabajo de BiblioRedes en torno a los contenidos locales chilenos se encuentra entre sus fuentes de inspiración.

En síntesis, Súmese a la Expedición Botánica es una iniciativa que surge como homenaje a José Celestino Mutis en el bicentenario de su muerte. A través de su principal obra, la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, Mutis revolucionó la manera en que los colombianos empezaron a mirar su país, todo ello ad portas del inicio del proceso independentista colombiano. Doscientos años después, la Biblioteca Nacional -a través de la red de bibliotecas públicas que coordina- está construyendo un nuevo ejercicio replicando la metodología de Mutis: observación, investigación y publicación. Pero ahora, como debe ser, esa invitación a remirar las realidades locales se plasmará en una serie de blogs colectivos, construidos de manera colaborativa por los usuarios y comunidades atendidas por las bibliotecas.

Para este año tienen pensado un piloto en ocho localidades, a cuyos resultados habrá que estar atentos. Por lo que me comentaron, el celebrar la figura y el legado de Mutis está, ya en los primeros talleres con la comunidad, convirtiéndose en un momento preciso para que otras expresiones de las realidades locales emerjan. Algo no menor, toda vez que -como pude sentir en esta primera visita a Colombia- es un país que conjuga de una manera muy particular una historia y un presente lleno de conflictos, con una inclaudicable voluntad de ser, una tensión de la que espero poder compartir mi breve experiencia en una futura entrada.

No me cabe duda que, como ya pudimos vivir cuando Gabriel Vanegas compartió con BiblioRedes la labor de su biblioteca de La Loma en Medellín, abrir canales para las culturas e identidades locales en Colombia significa generar oportunidades para la conversación sobre heridas y traumas que escapan a lo que en Chile estamos acostumbrados. Y, por lo tanto, espacio para que podamos aprender.

Al terminar esta entrada, agradecer al equipo de la Biblioteca Nacional por su cálida hospitalidad y sus deseos de compartir y conversar abiertamente sobre sus "sueños digitales". Espero que nuestra experiencia les sea de utilidad y que nuestros errores les hagan más sencillo el camino. Un reconocimiento especial para Catalina Holguín, quien junto con compartir su mirada sobre el proyecto Súmese a la Expedición Botánica, estuvo a cargo de la impecable logística de mi visita (y con quien, de reunión en reunión, de exposición en exposición, pude caminar bastante por Bogotá, la mejor manera de conocer una ciudad).

10 de mayo de 2009

Cambio

Fotografía: Izquierda Arr!!! de (Lolita) 8 con licencia CC:BY-NC-SA

Año de elecciones presidenciales y para contradecir a un expresidente, la política chilena se empieza a poner entretenida. No es que haya, por el momento, debate de grandes ideas y proyectos de país, pero algunos actos de la obra tienen su que sé yo.

Desde aquellos que fundan coaliciones por el cambio (aunque las caras son, en esencia, las mismas) hasta los que después de casi dos décadas en La Moneda buscan la renovación (aunque las caras son, en esencia, las mismas). Candidatos alternativos (no los alternativos de siempre, que a fuerza de alternativos parecen ya no serlo) levantan voces y reclaman espacios. El nieto de un general que lideró el período de mayor violencia de Estado en la historia de Chile o el hijo de uno de los principales responsables de la violencia pólítica de fines de los sesenta y principios de los setenta. Ambos autoconvocados (autoungidos) como voz de sectores independientes, portadores de no sé qué regeneración de la política local.

No sé. Mucho uso de las palabras cambio, renovación, pero el directorio de apellidos no crece, las familias políticas siguen siendo las mismas. Todo, y todos, por cierto, con legítimas aspiraciones, pero con una fuerte sensación de deja vú para nosotros, los votantes. Quizá sea la endogamia política nacional. Quizá. Tanto apellido repetido me suena a mero mecanismo de autorreproducción. Válido, pero fórmula ya conocida.

¿Y qué podrá ser el cambio? El cambio será el día que una mujer aymara o un hombre mapuche, educados en escuelas públicas rurales, lleguen a La Moneda, pero lo verdaderamente revolucionario será que gobiernen siguiendo las ideas de la escuela austriaca de economía. Porque ya tuvimos un miembro de la élite gobernando con Marx en la mesa de noche. No, eso ya no sería nuevo. Y las otras combinaciones son demasiado obvias como para mencionarlas.

4 de mayo de 2009

Mi primer webinar

La semana pasada participé en el webinar que hace unos meses vienen organizando todos los jueves en la mañana Abrecabezas y Ubiqq. Una oportunidad interesante para mostrar lo que hemos hecho, estamos haciendo y haremos en BiblioRedes para promover la inclusión digital desde las bibliotecas públicas de Chile.

Pero en esta entrada no les hablaré de lo que expuse, la que pueden ver en el blog de Abrecabezas, junto con un pequeño video en el que me presento. Me interesa compartir mi primera valoración de un formato novedoso para mí.

En esencia, un webinar es un seminario realizado vía Internet. Como tal, busca reproducir la dinámica de los seminarios presenciales, que independiente del número de asistentes, tienen como objetivo generar un espacio de conversación entre quien expone y quienes asisten. En el caso de este webinar, coordinado por Abrecabezas usando una aplicación desarrollada por Ubiqq para Facebook, la interactividad viene dada por dos elementos: la sala de chat, en la que los asistentes pueden lanzar sus comentarios o preguntas mientras el panelista va realizando su presentación; y, por otro lado, a través de la opción de "pedir la palabra", pudiendo realizar vía video chat una consulta o comentario.


Sí en el mundo offline el seminario se distancia de la conferencia por la cercanía entre expositor y audiencia, en el mundo online la diferencia entre el webinar y la videoconferencia resulta similar. Mí único punto de comparación es con la video conferencia que en septiembre de 2007 realicé en el marco de un curso de la Universidad de Salamanca y la Fundación Germán Sánchez Ruiperez (Peñaranda de Bracamonte, España). En aquella oportunidad (parte de cuya historia pueden leer en esta entrada de Deakialli), la capacidad de interactuar con la audiencia estuvo dada por el saber hacer de mi buen amigo Jose Antonio Merlo y las destrezas del equipo de informática de la Fundación, y no porque la tecnología estuviera diseñada para ello. Mientras, el webinar basa su potencia en ese intercambio directo y no mediado entre quien habla y quien escucha, un escuchar que invita a la acción, al debate.

Es fácil ver las múltiples aplicaciones que este formato tiene, desde su uso como herramienta de bajo costo para el trabajo colaborativo entre equipos separados geográficamente, hasta su uso en plataformas de e-learning, permitiendo generar espacios de encuentro virtual entre alumnos y tutores. O el uso que le están dando en Abrecabezas y Ubiqq: un "lugar" para promover conversaciones en torno a ciertos temas al interior de una red social como Facebook.

Sin duda, el webinar aprovecha para sí algo que le es anterior: el poder y cercanía que la imagen en movimiento entrega por sobre la palabra escrita. Si de conversar se trata, el cara a cara (aunque sean rostros pixelados) aún es más penetrante que la múltiple y ubicua conversación que se da en las plataformas que se centran en la escritura. En un mundo donde lo inmediato reina, el adagio una imagen vale más que mil palabras se reinventa.

Pero el webinar también tiene sus limitaciones, aunque reconozco que algunas no son propias del formato, sino del contexto en que se usa o las competencias de quienes lo usan. ¿Cuáles son?

Una primera observación. La tensión permanente para quien expone entre desarrollar su tema y leer/responder/hacerse cargo de lo que la audiencia está planteando en la sala de chat o de lo que quiera preguntar/comentar a través del video chat. Obliga, literalmente, a controlar de manera simultánea tres frentes. En mi caso, reveló que no soy un sujeto multitarea (y si lo parecí fue por la sagaz colaboración de la moderadora Nicole Forttes). No me atrevo a decir que sea un formato para nativos digitales, pero sí que requiere una práctica que yo no tengo.

En segundo lugar, aunque la aplicación no tiene grandes complejidades técnicas, para su adecuado uso requiere que ciertos puertos de comunicación estén abiertos. Sí, esos puertos que suelen estar bloqueados en las redes corporativas por políticas de seguridad. No tengo claro si abrirlos es sólo un tema de informáticos o es un cambio en las culturas de nuestras organizaciones (dado que en esas mismas redes se bloquea cada vez más el acceso a plataformas como Facebook).

Por último, como casi todo en la web social, requiere de una banda ancha realmente ancha para operar en condiciones normales. Y, como ya sabemos en BiblioRedes, es fácil hablar de inclusión digital desde el centro de Santiago o desde una oficina en Las Condes, pero lo verdaderamente heróico es hacer inclusión digital en la Patagonia o en el Altiplano a 128 kbps.

Si quieren saber como se vió/vivió desde el otro lado de la fibra, recomiendo leer esta entrada de Katina Ferrer.

Raya para la suma: una muy buena experiencia y un formato con grandes posibilidades, cuyo potencial máximo depende de cambios significativos en el contexto.